HECHOS
Para Wittgenstein, “lo que
acaece”, todo lo que se da en el tiempo. El mundo está compuesto de hechos y a
ellos se refiere el único conocimiento que tiene sentido (la totalidad de la
ciencia natural).
El mundo es el conjunto de los
acontecimientos, de los hechos, y, en último término, de los estados de cosas
existentes. Los estados de cosas constan de cosas, son relaciones entre cosas.
Los estados de cosas se describen mediante proposiciones atómicas y los hechos
mediante proposiciones moleculares o complejas.
1. El mundo es la totalidad de los hechos; un hecho sería, por ejemplo,
el estar colocado encima de mi mesa un libro, y la proposición compleja o
molecular que lo describe, “encima de mi mesa hay un libro”.
2. los hechos constan de estados de cosas o hechos atómicos; un hecho atómico podría ser el
estar la pipa en el cenicero, y la proposición elemental o atómica
correspondiente, “la pipa está en el cenicero”.
3. los estados de cosas o hechos atómicos constan de cosas y de relaciones
entre ellas.
En el caso anterior las cosas u objetos son la pipa y el cenicero y la relación
el estar uno en el otro.
Sea cual sea la interpretación
que hagamos de los componentes de los hechos, las características básicas que
Wittgenstein y el positivismo lógico atribuyen a los hechos son fieles a las
tesis de Hume y se pueden resumir en los siguientes puntos:
Se ofrecen a los
sentidos, a la percepción: Wittgenstein
y el movimiento neopositivista consideró que los hechos de los que no cabe
ninguna duda son los que se ofrecen a los sentidos (el estar
la botella encima de la mesa) o se pueden ofrecer a los
sentidos (la existencia de montañas en la cara oculta de la luna); sin embargo
no está clara su posición respecto de hechos a los que se refiere la ciencia
pero de los que no es fácil postular que alguna vez se puedan percibir, por
ejemplo los hechos que supuestamente ocurren en el nivel subatómico. Para
algunos neopositivistas tales hechos ocurren, y sabemos que ocurren porque
tienen efectos observables, para otros en realidad esos hechos no existen y son
meros constructos hipotéticos que facilitan la creación de teorías científicas
que permiten el dominio técnico de la realidad; de cualquier modo, todo el
movimiento neopositivista parece aceptar la primacía de la percepción a
la hora de decidir la existencia de un hecho (esto es precisamente lo
que quiere destacar el criterio de verificabilidad, y uno de los rasgos
principales que hacen del neopositivismo una forma de empirismo). Por esta
razón, el neopositivismo tiende a negar la existencia de hechos mentales y a
defender una interpretación de lo mental que reduzca los estados mentales a
disposiciones conductuales o a conductas observables.
Los estudia la
ciencia: “La totalidad de las proposiciones verdaderas es la ciencia
natural total (o la totalidad de las ciencias naturales)”; la filosofía, la
religión, el arte, la ética podrán tener efectos emotivos sobre las personas,
pero no pueden decir nada con sentido acerca de los hechos; sólo la ciencia
natural nos ofrece descripciones verdaderas de la realidad.
Se dan en el
tiempo: “El mundo es todo lo que acaece”; que se dé un hecho en el
tiempo quiere decir que le convienen las categorías de la temporalidad: el
antes, el ahora y el después, y con ello el poder cambiar, el hacerse presente
en el tiempo, el mantenerse en el tiempo y el poder dejar de darse; desde este
punto de vista quedan fuera del mundo entidades metafísicas del tipo de las
Ideas platónicas, o espirituales como Dios.
Son contingentes: los hechos son así pero
pueden ser de otro modo; el poder ser de otro modo quiere decir que no
hay una necesidad lógica que haga que un hecho deba ocurrir o que tenga que
ocurrir como ocurre. Dado que para Wittgenstein la única necesidad es la
necesidad lógica, que un hecho no sea necesario quiere decir que es
absolutamente gratuito: no existe la necesidad física, todo es puro azar.
A un hecho le sigue otro, junto a un hecho está presente otro, pero no hay
vínculo lógico ninguno que los una: tras el hecho de pulsar la tecla “a”
aparece en la pantalla del ordenador la letra a, pero es imposible deducir de
la proposición “pulso la tecla a” la proposición “en la pantalla
aparece la letra a”. Esto quiere decir que en el mundo no existen
vínculos causales, solo hay meras sucesiones de hechos: “La fe en el
nexo causal es la superstición”.
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