Sin
embargo, las personas no se encontrarán con decisiones como elegir entre blanco
y negro, sino que e encontrará con toda una gama de posibilidades, por ejemplo,
un estudiante tendrá varias posibilidades para elegir, cuantas horas al día se
dedicará a estudiar o hacer deporte, y no solo a estudiar o hacer deporte por
todo el día.
Los
economistas utilizan el término cambio marginal para describir los
pequeños ajustes que realizamos a un plan que ya existía. Teniendo en cuenta que aquí margen significa “borde”, y por eso los cambios marginales
son aquellos que realizamos en el borde de lo que hacemos. Las personas
racionales a menudo toman decisiones comparando los beneficios marginales y los
costos marginales.
Veamos
este ejemplo del libro:
Piense
ahora en el caso de una línea aérea que tiene que decidir cuánto les cobrará a
los pasajeros para que vuelen sin hacer reservación. Suponga que volar por todo
el país un avión de 200 plazas le cuesta a la empresa $100 000. En este caso,
el costo promedio por asiento sería $100 000/200, es decir $500. Esto quizá nos
lleve a concluir que la línea aérea no debe vender ningún boleto en menos de
$500. Sin embargo, en la realidad, la línea aérea puede obtener más beneficios
pensando en términos marginales. Imagine por un momento que un avión está a
punto de despegar con 10 asientos vacíos y que un pasajero sin reservación está
esperando en la puerta de embarque dispuesto a pagar $300 por su boleto.
¿Debería venderle el boleto la línea aérea? Por supuesto que sí. El avión tiene
asientos vacíos y el costo de llevar a un pasajero más es casi nulo. De este
modo, y aunque el costo promedio de llevar a un pasajero sea $500, en realidad
el costo marginal de llevar a un pasajero más será la bebida y las botanas que
este pasajero consuma. En la medida en que el pasajero que quiere volar en el
último minuto pague más que el costo marginal, será rentable venderle el
boleto.
La toma de decisiones marginales ayuda a explicar algunos fenómenos económicos que, de lo contrario, sería difícil entender. Formulemos una pregunta clásica: ¿por qué el agua es barata y los diamantes son caros? Los seres humanos necesitan el agua para sobrevivir, mientras que los diamantes son innecesarios; pero por alguna razón las personas están dispuestas a pagar mucho más por un diamante que por un vaso de agua.
La razón de esta conducta se encuentra en el hecho de que la
disposición de una persona a pagar por un bien se basa en el beneficio marginal
que generaría con una unidad más de ese bien. Así, el beneficio marginal
depende del número de unidades que posea esa persona. Aun cuando el agua es
esencial, el beneficio marginal de tener un vaso más es casi nulo debido a que
el agua es abundante. En cambio, aun cuando nadie necesita diamantes para
sobrevivir, el hecho de que sean tan escasos provoca que las personas piensen
que el beneficio marginal de tener un diamante extra es más grande.
Un tomador
de decisiones racional emprende una acción si y sólo si el beneficio marginal
de esta acción es mayor al costo marginal. Este principio explica por qué las
líneas aéreas están dispuestas a vender un boleto a un precio inferior al costo
promedio y por qué las personas lo están a pagar más por los diamantes que por
el agua.
Fuente:
Gregory Mankiw, Principios de la Economía
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