martes, 5 de noviembre de 2024

LA PROSPECTIVA (Comentario)

En muchas ocasiones quienes piensan en el futuro se sienten comprometidos con su  modelación y su construcción diaria. De alguna manera, gran parte de los investigadores orientados a estudiar los futuros posibles están convencidos de que su relevamiento supone una herramienta indudable para moldear los caminos y los horizontes del porvenir.

 

No obstante, los estudios de futuro no son ejercicios de ciencia-ficción o simples planteamientos visionarios de pensadores futuristas. Tampoco son discursos proféticos o repeticiones de tendencias a partir de presentes supuestamente inmutables. Los estudios de futuro exigen manejos metodológicos específicos y controles racionales y discursivos aptos para no "caer" en simplificaciones y futuros deseados que no se puedan realizar. Son ejercicios sistemáticos y pormenorizados más que hipótesis clarividentes. Son estudios críticos y contrastables más que certezas indudables. Al igual que en el caso del conocimiento científico. Siempre dejan lugar para otros futuros o escenarios posibles. Sus resultados y sus procedimientos son compatibles con otros investigadores y no se postulan como el resultado mágico de un grupo de iluminados que son capaces de mirar el futuro en una bola de cristal. 

Asimismo, la prospectiva no constituye una mera proyección de los sucesos actuales sino un punto de partida para el diseño y la elaboración de políticas y estrategias destinadas a alcanzar los objetivos de cualquier institución u organización en las sociedades contemporáneas. La prospectiva posee una orientación propositiva, es decir, que está fuertemente vinculada con la toma de decisiones. Con la previsión de lo que puede suceder y con las acciones que se deben llevar a cabo para que los sucesos del futuro se transformen en una ayuda y no en un estorbo o en una frustración. A diferencia de otro tipo de estudios científicos, que en algunos casos pueden tener una búsqueda teórica, la prospectiva es pragmática: busca conocer para trasformar.

  

Quienes hacen prospectiva están generalmente preocupados por la sustentabilidad y los senderos sobre los que se van construyendo los futuros. Consideran que las decisiones que se toman hoy generan tendencias hacia determinados horizontes. Y que las decisiones que no se toman hoy pueden impedir la posibilidad de construir determinados futuros. Esto significa que cada determinación, o la suma de ellas, van esculpiendo una serie de futuros posibles. Y decimos en plural "futuros" porque no todo es previsible y no sabemos cómo pueden actuar los individuos, los grupos y las instituciones.

 

El futuro es una construcción colectiva que no puede ser delineado indefectiblemente. Sin embargo, sabemos que existen tendencias. Conocemos, por ejemplo, que en una sociedad que asume el pluralismo, la equidad y la resolución pacífica de sus conflictos como forma de convivencia diaria es más probable que se alcancen futuros democráticos que en aquellas sociedades en donde las consignas cotidianas riman más con el autoritarismo, con la violencia, la injusticia y la corrupción. Este proceso es muy similar al refrán popular de que cada persona cosecha lo que siembra. De alguna manera el presente es la siembra y en el futuro se recolecta el resultado de lo que se ha hecho. Aunque no haya garantías (porque los desastres naturales o los imponderables son posibles) es más probable una buena cosecha en el campo de quien sembró con dedicación e inteligencia, que en otro terreno donde se diseminaron semillas sin responsabilidad ni cuidado.


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